Preparándose para el futuro
He encontrado este interesante artículo de la revista Mundo Nuevo, donde se detalla un decálogo de consideraciones a tener en cuenta para enfrentar lo que viene:
“¿Te sientes abrumado por el cambio climático y por el cenit del petróleo? Acá unos pasos a seguir para enfrentarlo:
- Organiza unas videoproyecciones de “El Fin del Sueño Americano”: The End of Suburbia. Proyéctalo en reuniones, difúndelo, y así poner en marcha la discusión.
- Aisla tu casa. Imagina calentar tu casa cuando el costo del petróleo sea 3 o 4 veces más caro de lo actual. Merece la pena si lo haces ahora, cuando los materiales para aislar son relativamente baratos, para hacer tu hogar lo más energéticamente eficiente posible, aislando donde se debe y haciendo una casa a prueba de fugas de calor.
- Libérate de todas las deudas. Cuando la escasez de petróleo empiece a notarse en casa, la economía entrará en un período muy difícil. No será buena época para deber grandes cantidades de dinero a un banco. Haz que liberarse de todas las deudas sea una prioridad familiar, y úsalo como una oportunidad para simplificar tu forma de vida.
- Comienza una huerta/jardín. Estamos en un tiempo en que la comida es artificialmente barata. Es hora de aprender cómo cultivar comida, y ésto llegará a ser una parte muy importante de nuestras vidas en un futuro cercano.
- Sé conciente de lo que te rodea. Hoy en día estamos desconectados del mundo donde vivimos. Sabemos más sobre lo que está pasando en la naturaleza por medio de la televisión, que por nuestro propio jardín. Proponte a ti mismo aprender los nombres de los ríos locales, de cinco árboles nativos de tu área, los nombres de 10 plantas que crecen en tu alrededor y sus usos, qué tipo de suelos tienes.
- Haz un curso de Diseño en Permacultura. Esta es una oportunidad para aprender un completo juego de prácticas habilidades que te permitirán diseñar un estilo de vida con un uso reducido de energía para ti y tu familia.
- Pregúntate “Si lo necesitas”. Nuestras casas están llenas de cosas que no necesitamos, cosas por las que hemos tenido que pagar y que más tarde hemos tirado. Una buena disciplina a adquirir es preguntarse antes de comprar algo “¿realmente necesito ésto? ¿ésto es saludable para mi? ¿para el planeta? ¿para la gente que lo hizo? ¿no tengo algo parecido que pueda hacer el trabajo en su lugar? Probablemente el mejor paso es deshacerse de la televisión.
- Analiza tu situación laboral. Si vives muy lejos de donde trabajas, quizás ses tiempo para reexaminar tu situación laboral. Viajar largas distancias llegará a ser menos y menos factible, ¿podrías ir a trabajar cuando la bencina cueste $2500/litro o $5000/litro ó $10000 /litro? ¿Merece la pena vivir en las afueras cuando todo tu trabajo lo realizas en la ciudad? ¿podrías llevar tu trabajo donde vives y trabajar desde casa?
- Crea una Comunidad. Estos pasos son más fáciles de conseguir junto a otra gente.
- Celebra. Organiza una fiesta para celebrar cada paso que des en la dirección de ser menos dependiente del petróleo. Es importante que tus amigos y vecinos vean lo positivo que son los pasos que estás tomando y que buen efecto está teniendo en tu vida. La positividad es contagiosa.”
Chaitén nos recuerda lo que somos
De tarde en tarde la Pachamama nos recuerda dónde vivimos y qué pequeños somos. Chile posee la segunda cadena de volcanes activos del mundo después de Indonesia, es decir más de 2000 volcanes de los cuales hay cerca de 40 que pueden entrar en proceso eruptivo en cualquier momento. Todo habitante de esta loca geografía, como le puso Benjamín Subercaseaux a Chile, está acostumbrado a que el piso se le mueva y que a lo largo de nuestras vidas experimentemos una media de tres a cuatro terremotos. Recuerdo que cuando niño escuchaba a los adultos haber experimentado el terremoto de Chillán, ese que Violeta Parra le puso nombre y música de cueca, ese Chillán donde hizo sus primeras clases de matemáticas Nicanor Parra. Posteriormente yo mismo me di cuenta que iba siendo testigo de estos eventos.
Pero el hombre es porfiado y su vida es tan corta – o “emífera” como decía el futbolista– que sigue asentándose, construyendo su hábitat en lugares de riesgo de inundación y en las cercanías de volcanes activos. Ejemplo de ello es lo estamos viendo ahora en Chaitén, y hemos visto en los pueblos cercanos al volcán Villarrica, por tomar un par de ejemplos. En Santiago también lo vemos en las construcciones que se instalan en las cercanías del cono de proyección de las quebradas que bajan de la cordillera, las cuales ante eventos climáticos extremos producen catástrofes como el aluvión del año 1991 en la Quebrada de Macul.
El evento de la erupción del Chaitén tomó a todos por sorpresa. Ello es comprensible si no se conocía actividad de éste a lo menos desde hace 400 años, un tiempo que en geología es el equivalente a 3 minutos atrás, incluso menos. Y como la vida nuestra es muy inferior a ese lapso, nadie estaba atento ni mucho menos nervioso por haber experimentado eso anteriormente y lo andaba relatando a sus hijos.
El abuelo y el hermano de nuestra amiga Mary aún vivían allá. Ahora están albergados en un liceo de Puerto Montt, con un futuro incierto. El volcán aún no dice su última palabra. La enorme columna de cenizas y material piroclástico –no “piroplástico” como dijo un hiperventilado ministro y uno que otro periodista bisoño- sigue erguida como el genio de salió de la botella, y la pluma como se le denomina, puede verse desde el espacio por los satélites, repartiendo cenizas por todo alrededor, llegando ya a la ciudad de Buenos Aires y prontamente a Ciudad del Cabo en Sudáfrica. No es extraño saber que dicho material se deposita por todo el planeta marcando eventos que los geólogos del futuro investigarán.
Unos pocos y porfiados pobladores de Chaitén han jugado a las escondidas con la policía que cumple órdenes de desalojo total. El peor escenario que puede ocurrir, y eso nadie sabe con certeza ni hay medios científicos que lo apoyen, es que la columna piroclástica pierda sustentación y colapse violentamente, lo que se denomina del tipo vesubiano, en recuerdo de la erupción del volcán Vesubio en agosto del año 79, lo que haría caer un flujo de material y gases piroclásticos a gran velocidad por todos los valles cercanos al volcán, quemando de paso todo lo combustible, es decir casas, bosques, animales y personas si las hubiera. Dicho flujo mató instantáneamente, como si fuese una explosión radioactiva, a todas las personas que se encontraban en las ciudades de Pompeya y Herculano, quienes posteriormente quedaron sepultadas por las cenizas que se depositaron, para recién ser redescubiertas diecisiete siglos después.
Esperamos que esto no ocurra y que el volcán se apacigüe lentamente dejando que la nube de cenizas se aleje paulatinamente. El problema que queda por los efectos de las cenizas sobre el suelo es para preocuparse. Las praderas que eran empleadas para pastoreo están absolutamente inutilizadas. Los animales que han quedado dispersos, probablemente comiencen a ser noticia por la mortandad que producirá la falta de agua y alimentación. Tal vez los chaiteninos deban hacerse la idea de que deban emigrar de esas tierras, que ya no les darán de comer.
Me pongo en su lugar y he pensado que pasaría si el volcán San José o el volcán Maipo, ubicados a unos 70 kms de Santiago se les ocurre despertar como lo hizo el Chaitén. ¿Estamos en condiciones de evacuar a seis millones de habitantes de esta ciudad?
Como Condorito cuando iba a un velorio y decía: “No somos nada…. Exijo una explicación”.
* * *
Los malhablados de siempre dicen que las tierras donde se ubica el volcán pertenecen a Douglas Tompkins. Y que por tanto es responsable de la erupción por mala mantención de la chimenea… 😆
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