Exijo una explicación

Todo lo escrito del punto en adelante es muy en serio. El resto sólo chacota.

Chaitén nos recuerda lo que somos

El pájaro sobrevuela queriendo encontrar una explicación a lo que ve y escuchaDe tarde en tarde la Pachamama nos recuerda dónde vivimos y qué pequeños somos. Chile posee la segunda cadena de volcanes activos del mundo después de Indonesia, es decir más de 2000 volcanes de los cuales hay cerca de 40 que pueden entrar en proceso eruptivo en cualquier momento. Todo habitante de esta loca geografía, como le puso Benjamín Subercaseaux a Chile, está acostumbrado a que el piso se le mueva y que a lo largo de nuestras vidas experimentemos una media de tres a cuatro terremotos. Recuerdo que cuando niño escuchaba a los adultos haber experimentado el terremoto de Chillán, ese que Violeta Parra le puso nombre y música de cueca, ese Chillán donde hizo sus primeras clases de matemáticas Nicanor Parra. Posteriormente yo mismo me di cuenta que iba siendo testigo de estos eventos.

Pero el hombre es porfiado y su vida es tan corta – o “emífera” como decía el futbolista– que sigue asentándose, construyendo su hábitat en lugares de riesgo de inundación y en las cercanías de volcanes activos. Ejemplo de ello es lo estamos viendo ahora en Chaitén, y hemos visto en los pueblos cercanos al volcán Villarrica, por tomar un par de ejemplos. En Santiago también lo vemos en las construcciones que se instalan en las cercanías del cono de proyección de las quebradas que bajan de la cordillera, las cuales ante eventos climáticos extremos producen catástrofes como el aluvión del año 1991 en la Quebrada de Macul.

El evento de la erupción del Chaitén tomó a todos por sorpresa. Ello es comprensible si no se conocía actividad de éste a lo menos desde hace 400 años, un tiempo que en geología es el equivalente a 3 minutos atrás, incluso menos. Y como la vida nuestra es muy inferior a ese lapso, nadie estaba atento ni mucho menos nervioso por haber experimentado eso anteriormente y lo andaba relatando a sus hijos.

El abuelo y el hermano de nuestra amiga Mary aún vivían allá. Ahora están albergados en un liceo de Puerto Montt, con un futuro incierto. El volcán aún no dice su última palabra. La enorme columna de cenizas y material piroclástico –no “piroplástico” como dijo un hiperventilado ministro y uno que otro periodista bisoño- sigue erguida como el genio de salió de la botella, y la pluma como se le denomina, puede verse desde el espacio por los satélites, repartiendo cenizas por todo alrededor, llegando ya a la ciudad de Buenos Aires y prontamente a Ciudad del Cabo en Sudáfrica. No es extraño saber que dicho material se deposita por todo el planeta marcando eventos que los geólogos del futuro investigarán.

Unos pocos y porfiados pobladores de Chaitén han jugado a las escondidas con la policía que cumple órdenes de desalojo total. El peor escenario que puede ocurrir, y eso nadie sabe con certeza ni hay medios científicos que lo apoyen, es que la columna piroclástica pierda sustentación y colapse violentamente, lo que se denomina del tipo vesubiano, en recuerdo de la erupción del volcán Vesubio en agosto del año 79, lo que haría caer un flujo de material y gases piroclásticos a gran velocidad por todos los valles cercanos al volcán, quemando de paso todo lo combustible, es decir casas, bosques, animales y personas si las hubiera. Dicho flujo mató instantáneamente, como si fuese una explosión radioactiva, a todas las personas que se encontraban en las ciudades de Pompeya y Herculano, quienes posteriormente quedaron sepultadas por las cenizas que se depositaron, para recién ser redescubiertas diecisiete siglos después.

Esperamos que esto no ocurra y que el volcán se apacigüe lentamente dejando que la nube de cenizas se aleje paulatinamente. El problema que queda por los efectos de las cenizas sobre el suelo es para preocuparse. Las praderas que eran empleadas para pastoreo están absolutamente inutilizadas. Los animales que han quedado dispersos, probablemente comiencen a ser noticia por la mortandad que producirá la falta de agua y alimentación. Tal vez los chaiteninos deban hacerse la idea de que deban emigrar de esas tierras, que ya no les darán de comer.

Me pongo en su lugar y he pensado que pasaría si el volcán San José o el volcán Maipo, ubicados a unos 70 kms de Santiago se les ocurre despertar como lo hizo el Chaitén. ¿Estamos en condiciones de evacuar a seis millones de habitantes de esta ciudad?

Como Condorito cuando iba a un velorio y decía: “No somos nada…. Exijo una explicación”.

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Los malhablados de siempre dicen que las tierras donde se ubica el volcán pertenecen a Douglas Tompkins. Y que por tanto es responsable de la erupción por mala mantención de la chimenea… 😆

10 May 2008 Posted by | Verde ecológico | , , | 2 comentarios