Exijo una explicación

Todo lo escrito del punto en adelante es muy en serio. El resto sólo chacota.

¿CORONAVIRUS EN CITÉS, CONVENTILLOS O PRECARIAS PIEZAS PARA LUCRAR CON INMIGRANTES?

La prensa de hoy y la tv mostraban imágenes de cités en barrios de Estación Central y Quilicura donde decían haber contagios de COVID-19, y en ambos casos se trataban de inmigrantes que viven apiñados en precarias piezas construidas hace poco al interior de galpones, sitios, bodegas y otros espacios, donde de la noche a la mañana sus dueños encontraron un lucrativo e irregular negocio de alquiler, orientado a los inmigrantes que llegaron en oleadas principalmente provenientes de Haití.

¿Cités? me pregunté de inmediato, ya que me sonaba a otra cosa más antigua. Y sabiendo que los periodistas de pronto bautizan algo con un nombre que no corresponde y de ahí todo el mundo lo comienza a emplear, me metí a investigar un poco.

¿Qué son los cités? El cité y los pasajes fueron un modelo o solución habitacional colectiva para la ciudad de Santiago de comienzos del siglo XX. Para ser más exactos en 1906 el Estado chileno creó la primera ley social de su historia, la “Ley de Habitaciones Obreras” que buscaba dar una solución al grave déficit habitacional de dicha época causada por la migración de población campesina en búsqueda de trabajo hacia las ciudades y principalmente hacia la capital, en donde comenzaba el proceso de industrialización. El fenómeno no fue un hecho aislado, sino de orden mundial, en que las ciudades industrializadas de principios del siglo xx, adoptaron dichos modelos de vivienda obrera. El concepto espacial y urbano del Cité, así como en el caso de las poblaciones obreras, cumplen a cabalidad con los postulados higienistas de la época. Muchos arquitectos de la época fueron incluso a formarse a Europa como “Arquitectos-Higienistas”, título impartido por la Escuela Superior de Bellas Artes de París.

Los conjuntos estaban compuestos por una serie de viviendas de fachada continua, de uno o dos niveles, articuladas por una circulación colectiva o espacio semi-público, perpendicular a la calle, irrumpiendo así hacia el interior de las manzanas. Todavía hoy estas soluciones habitacionales de principios del siglo 20 existen y es posible encontrarlas hasta en 11 comunas de la ciudad de Santiago, y donde se estima que habitan alrededor de 80 mil personas, pertenecientes a estratos socio económicos medios-bajos y bajos.

Junto con los cités antiguamente escuchaba hablar de conventillos, pero no hay que confundirlos pues no son lo mismo. Los conventillos eran viviendas colectivas instaladas en casas unifamiliares adaptadas para tal fin, generalmente en mal estado o construcciones precarias levantadas o habilitadas para este objeto. Su característica principal era que cada familia disponía de una pieza que daba a un pasillo o a un patio común en el que ocasionalmente existía una fuente de agua y un servicio higiénico colectivo. El conventillo fue un espacio arquitectónico netamente urbano y popular, que permitió, en parte, racionalizar el crecimiento demográfico de la ciudad y enriquecer a sus dueños. Distinto es el caso del cité, que es definido como «un conjunto de viviendas, generalmente de edificación continua, que enfrentan un espacio común, privado, el que tiene relación con la vía pública a través de uno o varios accesos» .

Ahora bien, volvamos a las noticias de hoy. Si observamos detenidamente cómo es donde viven estos desgraciados inmigrantes veremos que generalmente se trata de precarias piezas o dormitorios de pocos metros cuadrados, y que la mayoría de las veces deben compartir un baño entre decenas de cohabitantes del mismo recinto (servicio higiénico colectivo). En otras palabras, lo que menos se parecen es a los antiguos cités, ni en su estructura, ni características arquitectónicas, ni equipamiento, ni en su propósito. Estas viviendas, si es que así se les puede llamar, han sido diseñadas y edificadas recientemente para hacer un lucrativo negocio con los inmigrantes más pobres y así enriquecer a sus dueños quienes ni siquiera declaran impuestos por estas rentas. Y lo que es más importante, no se parecen en nada a los cités, sino más bien a los insalubres conventillos de principios del siglo 20.

En resumen, el titular de la prensa está equivocado. Son conventillos dos punto cero o conventillos del siglo 21.

Lamentablemente la noticia de contagios por Covid-19 en “cités” vende más que los 20 contagios del colegio Saint George. El virus no discrimina clases sociales. Nosotros sí.

No hay ninguna descripción de la foto disponible.

Publicado en Facebook el 23 de abril 2020

11 abril 2023 Posted by | la caja idiota, Pandemia | Deja un comentario

Exijo una explicación a TVN

¿Por qué TVN le puso el nombre de mi blog a su programa?… ¿Ah?… chicos copiones.

Por ello, ¡exijo una explicación!

30 noviembre 2008 Posted by | la caja idiota | 2 comentarios

Provincianismo puro

Por estos días me he sentido viviendo como en un pueblo perdido en las profundidades de la sierra. Es que en realidad los chilenos pertenecemos a una región montañosa (sierra) y tenemos por lo tanto costumbres provincianas. Ello ha quedado ahora demostrado a raíz del lamentable fallecimiento del general director de carabineros de Chile y otros acompañantes en un trágico accidente aéreo ocurrido en Panamá. Los medios de comunicación, en especial la televisión, han mantenido su programación de tres agobiantes días, casi en cadena nacional, destinados a mostrar, entrevistar, y comentar hasta la saciedad, todo lo relacionado con la vida del fallecido general policía, con su trágica muerte, con el transporte de sus restos desde Panamá hasta el momento mismo de su sepultación. A ratos me pareció morboso.

Está bien, el señor era querido entre sus pares y en diversos medios de gobierno. Dicen que dejó escuela. Otros dicen que era bueno (hasta ahora nunca he sabido de un funeral en que se diga que el difunto era malo).
¿Pero eso justifica tanta atención? ¿No habrá faltado una entrevista a San Pedro a la espera del finado? ¿No será mucho Lucho?
Por lo menos ayer conversando con unos amigos comprobé que no soy el único que piensa así.

Los medios de comunicación a falta de noticias que suban el rating son capaces de rellenar con cualquier cosa. Los noticiarios son una prueba de ello.

La situación me recuerda aquella anécdota campesina, de la carta enviada por el administrador de un fundo a sus patrones, a quien se le dejaron instrucciones de escribir sobre cualquier novedad que ocurriese.

Éste escribió:

«Estimado patrón:
Paso a contale las novedades del fundo: no hay novedades.
Atte.
Gumercindo del Carmen»

1 junio 2008 Posted by | la caja idiota, Para el portarrollos del WC | , , | Deja un comentario